Podemos crear una barrera sónica, y empujar los nadadores hasta la playa.-dijo el capitán Mo - .
De acuerdo, pero necesitamos los permisos del planeta .En la última Convención De Intenciones, el cupo autorizado para fines científicos fue de “No más de doscientos”, y deberíamos respetarlo para no ser juzgados al regreso.-Acotó el Primer Capo de Caza-.
Está decidido, navegantes, -completó el Gerifalte U-.
Las naves descendieron y fueron empujando con su ultrasonido periférico los seres admirados por su inteligencia, hacia la cercana playa.
Algunas hembras de pelaje rubio llevaban en su espalda una o dos criaturas que gemían.
Los machos lanzaban miradas furiosas e impotentes, presintiendo el final.
Su inteligencia, talento, ternura o amor a la vida, no les serviría de nada.
En la cercana playa rodeada de acantilados hacia la que eran empujados, les esperaban sus predadores.
Alguno de los ejemplares intentó volver aguas afuerta, y fue abatido más rápidamente, más cruelmente,-si eso era posible-, para que sirviera de ejemplo a los demás.
La masacre se consumó en poco más de dos horas, porque había que tener en cuenta que era un Ritual De Cultura, y no debía parecer que era por Comercio Interestelar de Las Especies.
Desangrados, desollados, abiertos en canal, los Humanos quedaban exp0uestos a la ávida mirada de los compradores.
Lo que aprendimos de verlos hacer esto mismo con los Delfines, nos ha servido de mucho.
Cuánto tenemos que aprender aún de los Humonos! – dijo con una sonrisa triple el Venusino Joven, Gerifalte U de este viaje…_
