lunes, 22 de agosto de 2011

ACASO.( AGOSTINAS)

Acaso allí, adonde estés ahora,
la montaña de tu vida esconde sus aullidos.
Y la hondonada del tiempo repregunta 
el misterio del dónde cuándo y cómo
la luz escapó hacia la nada.


Acaso estuve ciego y no supuse nunca
que podía sembrar la luz entre tus sombras.
No supe ser tan sólo el aire puro
y hacer temblar la hierba de tus labios,
ni brotar como una herida del agua luminosa 
en tu corazón  de arena escondida en la fronda. 


Acaso mis manos tan sólo eran suburbios
a los que no llegaban caricias ni esculturas.


La Vida tiene su insospechable hondura. 


En el oscuro espejo del pasado,
la luz que cantaba en las orillas
se fue desvaneciendo y la alegría
se transformó en pesadilla y en locura.


Mañana será tarde para crear un mundo.
(pero eso lo sabemos ahora).
Dejemos que el recuerdo florezca como un musgo,
y suavemente acuda a recubrir la roca del olvido ,
y en ondulante beso transforme o desvanezca
el grito en un susurro en el que quepan
tu nombre,tu alegría, tu piel y tu silencio.
Compañera, no miento.
Estuvimos a punto de crear universos.

sábado, 13 de agosto de 2011

NO IMPORTA. (AGOSTINAS).

Quema en mis dedos tu piel de luna roja,
y me conmueve el recuerdo
del beso que asoma, y tu ternura.


No importa dónde estás ni quien te mira.
Yo sí sé de tu boca enamorada.
Yo sé lo que sentiste cuando puse
mi mano en tu cintura de amapola.


No importa lo que digan de nosotros
porque no somos nada.


Tu memoria es  apenas un instante
que encierra un universo inmaculado.


(Sólo somos perfectos cuando amamos).


No importa entonces, si fuiste un espejismo,
un aire entre los juncos de mi orilla,
una inesperada luciérnaga encendida
en la larga noche desolada.


Sólo tú y yo sabemos la verdad que sentimos.


Pero en mis manos queda y en mi boca late
tu piel,tu boca lenta,
tus ojos en los míos ese instante.
Lo demás ya no importa,(nada importa).
ni siquiera es necesario en nuestra historia.







miércoles, 3 de agosto de 2011

SOMBRA DE MI.




Tú estuviste a mi lado cuando nadie quería.
Cuando todo se desmoronaba,                                                               
cuando la soledad y el olvido eran mi tumba,
me hiciste sonreír como un bromista
que descubre el misterio de la risa.
Y fuiste tú quien estuvo
difuminada y silenciosa a mi lado
bajo la lluvia triste y el sol que derretía.
Y nadie más que tú estuvo en mi costado
Cuando creaba o soñaba, gemía  o cantaba,
o derribaba los muros que encerraban mis ojos.

Cuando todos ocultaban los suyos a mi paso,
tú encendías de furia indisoluble, incorruptible y sola
mis gestos y mis voces.
En el destierro estuviste conmigo.
Hasta la muerte eres yo y te pertenezco.
Como tú me perteneces.
Eterna y dulcemente y sin sosiego.