sábado, 24 de septiembre de 2011

DESPUES. (VENECIANAS).

En lugar de corazón llevo un planeta.


Mis brazos son árboles quemados.


El resto de mi piel,inconmovible,es apenas
un universo envuelto en calma desolada.
Mi boca esconde gritos imposibles.
Las cuencas de mis ojos son volcanes ya fríos
que ven lo que ya nadie mira,
y que aguardan
el dolor de la lava ardiente del olvido.


A mis alas le quedan apenas unas horas.
Después seré silencio inapropiado,
acantilado o rugido o amapola.
-En realidad ya no importa-.
Aún así habrá algo que implique una ternura.
Habrá quizá otros ojos o manos o planetas
que hagan que suceda la luz de otra manera,
y quizá una  lluvia, un meteorito, un llanto
iluminen la escena.


En lugar de corazón llevo un planeta,
una cadencia,
un terror gigantesco ,
una ferocidad parecida a una bandera
que mastican mis dientes
y que como una espuma
presagia la batalla final de mis aullidos.

ORACION DE LA TARDE (VENECIANAS)

Quiero que vengan todos a mirarme a los ojos.
Que vengan y me miren largamente.
Quiero ver si se atreven a sostener ahora
todo lo que mintieron y ocultaron,
todo lo que dijeron a mi espalda ,
todo lo que en su debilidad derribaron dentro mío.


Quiero que vengan todos, fantasmas incluídos.
Poner en la balanza y ante el dios que elijan
lo que hicieron conmigo y con mi sueño.


Yo sigo en mi fiereza calculada
y nunca olvido.


En mi dolor 
no necesito excusas ni misterios.


Quiero que vengan y sepan que yo siempre supe
lo que se proponían,
y que pese a todo y aunque no lo digan
mi fuerza está intacta y la cultivo.


No importa en realidad que vengan o se vayan.
En mí llevo la piedra y la guadaña,
el amor, la ternura, y la esperanza.


No necesito nada de nadie
y nunca nada mezquino tocará mi alma.


Espero que vengan y me miren.
Espero que se atrevan.


Yo aguardo ese momento en mi niebla y mi montaña.
Sabedor que no se doblega el aire 
a la vulgaridad y pequeñez de la distancia.

sábado, 10 de septiembre de 2011

TU. (venecianas)

Tú llevas en tus manos teñidas de silencio
mi corazón dormido,mis ojos casi ciegos
mi risa oculta, mi sueño en carne viva,
 mi último misterio.
mi beso más profundo, las palabras, 
el miedo y el delirio.
Están a tu costado esperando su siembra,
la luz de la mañana, el viento enamorado,
mi boca que decía poemas para siempre,
mis manos que despertaron recorriendo tu cuerpo,
el fuego y la ternura que juntos construimos,
 la ventana encendida en los días de lluvia,
los paisajes que vimos,el camino emprendido
de pájaros y vino en las noches de estío.
Tú y ninguna otra se llevará consigo
(como si fueran necesarios o ciertos) 
 mi grito y mi silencio.
No es necesario que diga lo que siento
cada vez que recuerdo
tus senos en mi boca,
tu boca en mi delirio.
No hay ninguna palabra que iguale tu sonido.
No hay luz alguna semejante a tus ojos serenos
acunando a los míos.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Y QUE SI MUERO UN DIA. (VENECIANAS).



Y qué harán ustedes,los mansos,las manadas
cuando sus hijos lloren
abandonados al dolor en los acantilados,
y sumidos en el estupor de todo aquel olvido.


Yo esgrimo mientras miro sus despojos
un arma vestida de palabras
que se desnuda ante el dolor
de aquellos que lucharon.


Y sé que moriré furioso y desolado
mientras tú me señalas
y me usas como ejemplo.


Y qué si muero un día.


Moriré de verdad si tú -igual que otros-
te callas y ocultas y desmientes
poemas que en los muros dejaron para siempre
los ojos abiertos de aquellos que creyeron.


Una tarde de lluvia sin palomas
yo besaré la tierra de nadie desde adentro
y reirán las flores que alimenten
mis huesos masticados por los otros.


Ya nunca diré nada que no haya dicho antes
a quien quisiera oírlo.


Seré como la noche en tu mirada.
Seré como el silencio en boca tuya.
Y estaré en la penumbra,agazapado
esperando el momento para reír de nuevo.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

YA MISMO.

Ya es una lejanía la luz que iluminaba
el aire puro y la montaña y el mar ya derrotado por la roca,
y la mañana oscura del bosque en el que habito.
Ya todo es lejanía y poco importa.
Uno asciende desde el abismo hasta la cumbre
y es idéntico paisaje
el que se ve al retorno de la altura.
Ya mismo es mañana y el canto consabido.
Ahora ya no es ahora sino tránsito.
El viento infinito se renueva
al igual que la luz que nos circunda.
El olvido es olvido siempre y hasta nunca.