Quiero que vengan todos a mirarme a los ojos.
Que vengan y me miren largamente.
Quiero ver si se atreven a sostener ahora
todo lo que mintieron y ocultaron,
todo lo que dijeron a mi espalda ,
todo lo que en su debilidad derribaron dentro mío.
Quiero que vengan todos, fantasmas incluídos.
Poner en la balanza y ante el dios que elijan
lo que hicieron conmigo y con mi sueño.
Yo sigo en mi fiereza calculada
y nunca olvido.
En mi dolor
no necesito excusas ni misterios.
Quiero que vengan y sepan que yo siempre supe
lo que se proponían,
y que pese a todo y aunque no lo digan
mi fuerza está intacta y la cultivo.
No importa en realidad que vengan o se vayan.
En mí llevo la piedra y la guadaña,
el amor, la ternura, y la esperanza.
No necesito nada de nadie
y nunca nada mezquino tocará mi alma.
Espero que vengan y me miren.
Espero que se atrevan.
Yo aguardo ese momento en mi niebla y mi montaña.
Sabedor que no se doblega el aire
a la vulgaridad y pequeñez de la distancia.
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