martes, 22 de marzo de 2011

QTOÑAL.

Tu  presencia en mi alma sigue siendo
una luz inquebrantable,
fervor de un aire puro, oficio de agua limpia,
clara espuma de Mar en luna llena.
Sigo creyendo a mi manera, que  era cierto
todo aquello que hacías con tus manos
mientras mi voz surgía de una oscura roca
y hacía temblar tu piel enamorada.
Puedo recordar sin miedo cómo miran tus ojos
sabiendo que era cierto
todo aquello que gritaba
con tu nombre en mi boca.
Sin embargo camino
por un mundo sin tregua y desolado.
A mi costado,
-vasijas de hueso y sangre-,
animales desesperados y vencidos
caminan ciegamente en círculos concéntricos.

En la macabra desnudez de algunos árboles
que presagian el otoño ya cercano,
grabo tu nombre sonriendo como un niño.
No importa que lo sepas o no,
algunas tardes,
te llevo a pasear conmigo por lugares
que nunca conociste, mientras  miro
cómo bailan las hojas que han caído
aquella antigua danza sin olvido.

FERMINESCA 4.MUDO.

En el silencio florecen semillas del olvido.
Crecen monstruos sin boca,
yacen besos de piedra aferrados a un muro
como una enredadera sin propósito.
El silencio genera otro universo
en el que sólo los ojos determinan
si es cierto y existe lo que las manos tocan.

jueves, 17 de marzo de 2011

HOMELESS


Nací deshabitado.
Recorrido el camino  sólo quedan
recuerdos de puertas cerradas,
y ojos y ventanas despectivos.
Amargo y duro es el pan del pobre.
Yo he sido pobre siempre,
aunque he fingido no serlo en el camino.
Crecí como una lágrima de un dios inapropiado.
Así, desnudo de presencias y sentido,
acudo al laberinto de espejos, me sorprendo
mirándome en los ojos de los otros.
Vivo deshabitado.
(Nadie aviva el fuego si hay olvido).
La comida que como me es innecesaria.
El silencio me envuelve, es mi frazada breve.
Mi alma mutilada grita siempre.
De mis rodillas a mi estómago,
tan sólo tengo desvaríos y agonías.
Camino insomne y poderoso,
y mi miseria no es necesariamente
vergüenza o desacierto.
Soy ese peregrino que bebe en catedrales
el agua bendita de los días.
Cuando las ventanas se encienden
vuelvo a ser ese niño que miraba furioso
lo que otros no sabían que era un privilegio.
El futuro es lo mismo.
Un largo vacío innecesario.
Un absurdo misterio.
Un desconcierto.


sábado, 5 de marzo de 2011

SILENCIOS.

Enciendo una lámpara que alumbra
la carta que te escribo.
No sé si preguntarte por todas esas cosas
que hacen ineludible tu recuerdo.


Te imagino sonriendo mientras serenamente
acudes a tu libro preferido.


A tu alrededor la vida desenvuelve
su manto que amarillo como una antigua foto
presidirá tu mesa y envolverá mi olvido.
Caliento café y mientras lo bebo
beso tu piel lejana adormecida,
acaricio tus senos,
camino de tu mano por paisajes que ansío.


El jardín se adormece bajo una tenue lluvia
que lame lentamente la sombra que se embriaga
con su aroma de lirios.
Decido entonces que mejor no la envío.
Finjo no haberte escrito.
Me callaré todo aquello que siento.
Haré de esto mi pequeño secreto.
Apago la lámpara y me envuelvo
en tu lejana risa y en tu mejor recuerdo.


Cuando cese la lluvia ya estaré dormido.
En su arrullo sereno acunaré otro tiempo.



SI TE PIENSO.

Acércame tu boca y el aire que respiras
se volverá mi boca .
Yo buscaré con manos de luna y madreselvas
el aleteo sublime que aguarda en tu deseo.
Mírame despacio con tus ojos de loba
y toca con tus manos de lirio y azucena
mi piel enfebrecida
que ahora acude a tu encuentro.
Gime y gime si quieres
mientras envuelto en luna
me sumerjo en tu cuerpo.
Yo diagramo en el mapa de la noche
el camino de un grito.