para perderse en ellos.
Hay personas que emergen
y son como paisajes,
y uno acude a ellos y se encuentra.
En la memoria suceden esas cosas.
La muerte se eleva en sombras gigantescas,
y la vida sonríe luminosa y espléndida.
En mi viejo jardín florecen rosas pequeñitas.
Y canta el aire, y llueven golondrinas.
Uno -a veces-, se olvida del paisaje.
Se vuelve sombra,abismo,lejanía.
Y otras veces rebrota la ternura
por las pequeñas cosas de la vida.
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