miércoles, 23 de febrero de 2011

CADA VUELO.

Cada vuelo traza su propio laberinto
en el aire infinito, mientras miro
como llega la aurora al sembradío.
Podrían suceder luciérnagas,jazmines,
minúsculos luceros en tus ojos de mirlo.
Estoy envuelto en nubes si te pienso,
y si te nombro océano, sonrío.
Cada hora que pasa es agua entre mis dedos.
aire del aire, pétalos de tiempo.
Podría suceder que colibríes misioneros
bebieran de tus ojos gotas de otros días,
y ranitas del musgo acariciaran
con su canto tus dedos pintados de rocío.
Mi corazón penúltimo y labriego
siembra recuerdos buenos junto al trigo.
Cada vuelo traza su propio laberinto.





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