miércoles, 23 de febrero de 2011

PERRO VIEJO

Un perro viejo camina lentamente
Buscando la sombra de aquel árbol.
Se deja caer casi solemnemente.
Mira lejos.
La noche se acerca vencedora.
El sol desaparece.
Se levanta lentamente entre las dunas                                                                                       la luna inmaculada, rotunda, somnolienta.
El perro se enrosca en su soledad,
presagiando el sueño intermitente
de aquellos que soportan la intemperie.
Lejanas luces, gritos, estridencias,
le hacen levantar levemente la cabeza
para medir el riesgo.
Se deja caer y ya es todo silencio.
La luna le ilumina lentamente.
A lo mejor no duerme.
Quizá navegue dolido en un recuerdo,
a lo mejor ni siquiera tuvo dueño.

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