miércoles, 3 de noviembre de 2010

CONSTRUCCIONES.

Dejaré que discurra el plenilunio
y que elabore un sendero fantasmal entre la fronda.
Acudiré furioso hasta la orilla del mundo,
a reencontrarme con dioses que he perdido,
para mirar los ojos del dolor y el miedo,
y saber que pese a ellos estoy vivo.
Dejaré que discurra la voz tenue del aire
entre los juncos,
y beberé ese agua fría y lenta
que nace de la piedra en que construyo
el muro de los días .
No acallarán las voces que acumulo,
ni cerraré los ojos al Destino.
Antes bien me preparo.
Yo sé lo que es ser definitivo.
Dejo que discurra la marea y me incluyo
en la salvaje ola, en el naufragio, en el pez
que ríe en las cornisas
sobrevolando el planeta con su risa.
Acudiré por fin a establecer el fuego,
a construir en viento y amapola
lo que creo que es cierto y hoy me asola.
De esta plenitud,
de esta manera de la arena y de la ola
emergeré-seguro, lo  presiento-,
transformado en prodigio y caracola.

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