jueves, febrero 25, 2010
Y A MI QUE.
Sabré mirar sin desconcierto
el agua desolada y poderosa
que golpea incesante la misma simple roca.
Estaré aguardando simplemente
que me alcance
la espuma y el fragor, la bruma y el olvido.
Yo sé qué hacer en este caso.
Nada temo.
el agua desolada y poderosa
que golpea incesante la misma simple roca.
Estaré aguardando simplemente
que me alcance
la espuma y el fragor, la bruma y el olvido.
Yo sé qué hacer en este caso.
Nada temo.
He bebido antes de esta copa
el mismo vino amargo.
De mi destino no esperaba otra cosa.
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