miércoles, 3 de noviembre de 2010

miércoles, enero 27, 2010

EL MISMO SUSTO. SIEMPRE .

Ocupo el último lugar de una larga fila.
El hombre del mostrador-más bien lejano-,no deja de mirarme, inquieto .
Mi metro noventa, my  delgadez extrema ,mis ojeras y mi pelambrera hirsuta y blanca, siempre  provocan reacciones similares.
Me acerco lentamente,y a medida que lo hago se pone más visiblemente nervioso.
Finalmente nos encontramos cara a cara.(Es un decir, claro , yo, en realidad debo mirar hacia abajo).
-En qué puedo servirle?,-tartamudea al punto del colapso.
Ya sabes quién soy y a lo que vengo, le respondo con mi boca gigantesca y mi voz(largamente ensayada) cavernosa.

Me mira y cae fulminado.

Siempre me confunden con la muerte.

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