viernes, diciembre 25, 2009
en el que nada se decide y todos pagan
el precio de la vida.
Leo Antunez
TRAZOS.
Hilvano luciérnagas de insomnio
en hilos de luna y marejadas.
Trazo una pincelada en la constelación dolida
en la que habito desde antes de saberlo,
que pinta un arabesco inmaculado,
y vuelve una y otra vez-eco de luz y sombra-
al horizonte agudo y desolado
en el que nada espero .
Hay cosas que supongo o que presiento,
e inesperadamente llego a un aljibe de sueños.
Acudo sin pensarlo demasiado hasta la orilla
de un grito imprescindible.
Hilvano luciérnagas de insomnio
con hilos de luna y marejada.
La luz es una encrucijada de la aurora.
Atisbo, vislumbro, apenas si presiento
la próxima alegría que inauguro.
en hilos de luna y marejadas.
Trazo una pincelada en la constelación dolida
en la que habito desde antes de saberlo,
que pinta un arabesco inmaculado,
y vuelve una y otra vez-eco de luz y sombra-
al horizonte agudo y desolado
en el que nada espero .
Hay cosas que supongo o que presiento,
e inesperadamente llego a un aljibe de sueños.
Acudo sin pensarlo demasiado hasta la orilla
de un grito imprescindible.
Hilvano luciérnagas de insomnio
con hilos de luna y marejada.
La luz es una encrucijada de la aurora.
Atisbo, vislumbro, apenas si presiento
la próxima alegría que inauguro.
ACASO.
Quizás el desamparo encierre alguna tregua, y surja de la nada alguna que otra risa
sin motivo aparente y sin misterio.
Acaso luminosa se despierte la aurora
y diga a voz en cuello
verdades inesperadas y distintas.
Quizá florezca un mundo sin dioses necesarios
donde la voz erguida pronuncie algún poema
en el que lo fatal no exista.
Me siento innecesario, turbio, inesperado.
No importa si me digo que el sol llega despierto,
o que respire hondo y huela
la tierra humedecida , el olor del relámpago,
la flor que aún no ha nacido.
Acaso el desamparo también lleva su nombre,
y acaso soy tan sólo un hombre que respira.
Quizá suceda el mundo cuando pienso en sus ojos.
Acaso es el olvido el que destruye el mundo.
Leo Antunez
LABERINTOS.
Laberintos de vientos y de espuma
se enredan en la oscuridad y su tambora
de truenos y relámpagos de furia.
Acaricio el recuerdo de otras horas negras.
Ilumino la noche y su estampido.
Susurro al infinito este misterio
que acuno tiernamente .
He oído el sollozo y el aullido,
y entiendo el dolor que he ido acumulando,
como una bandera de silencio.
Asoma entre las rocas el presagio
de otra manera del viento de la vida.
En esa latitud emergen los naufragios y navegan,
los cormoranes acercan al universo su graznido,
florecen amapolas en invierno.
Laberintos de vientos y de espuma
se enredan en el trueno de las horas.
Leo Antunez
viernes, diciembre 18, 2009
COMO SI TODO FUERA.
Abro la brevedad de mi ventana
y permito que la noche me invada
y el aire entre en mi boca y me conmueva
como si fuera un beso que invoco al Universo
como si todo fuera posible y verdadero.
En la espuma sonora la luz abre caminos,
donde el pez encuentra su camino y la memoria
sacude la noche con su filo.
Como si todo fuera apenas un atisbo.
Como si fuera una ternura que invoco y que consigo.
Como si todo lo que siento fuera cierto.
Acarico la arena y dejo que se escurra
y cierro los ojos para oír el planeta.
No es posible el silencio donde la mar acude
como si fuera la voz que entona una canción
inacabable,entera,subyugante,eterna.
Cierro la ventana como cerré los ojos.
He de abrir más el alma para que acuda el viento
y conmueva el recuerdo que permite sonoro
invocar a la vida ,
como si fuera cierto todo aquello que espero.
Como si todo fuera posible y verdadero.
Leo Antunez
domingo, diciembre 13, 2009
Todo lo que supuse.
Puedo recordar hasta el mínimo detalle,
todo lo que supuse y era cierto,
las manos extendidas y una a una
las cosas que dijimos y juramos.
Puedo -sin siquiera dudarlo-
recordar cada instante de tu boca sonriendo,
mientras la lluvía ardiente sacudía
el cristal que anudaba las sombras de la calle.
Yo miraré sonriente los pájaros que acuden.
Y pensaré en aquello que construye este vuelo.
Puedo pensar sin miedo en todo lo que supe
de ti toda la vida.
Ahora se que puedo mirar hacia el futuro
con la canción que acude
a mi alma si pienso que aquello que dijimos
se cumple a cada paso que damos hacia el mundo.
Yo miraré sonriente la ola con su espuma,
y tu sonreirás sabiendo que ahora vuelo
en cada pájaro que acude para besar los tilos.
todo lo que supuse y era cierto,
las manos extendidas y una a una
las cosas que dijimos y juramos.
Puedo -sin siquiera dudarlo-
recordar cada instante de tu boca sonriendo,
mientras la lluvía ardiente sacudía
el cristal que anudaba las sombras de la calle.
Yo miraré sonriente los pájaros que acuden.
Y pensaré en aquello que construye este vuelo.
Puedo pensar sin miedo en todo lo que supe
de ti toda la vida.
Ahora se que puedo mirar hacia el futuro
con la canción que acude
a mi alma si pienso que aquello que dijimos
se cumple a cada paso que damos hacia el mundo.
Yo miraré sonriente la ola con su espuma,
y tu sonreirás sabiendo que ahora vuelo
en cada pájaro que acude para besar los tilos.
Leo Antunez
jueves, diciembre 10, 2009
EN ESTE INSTANTE PRECISO.
Un silencio acude a mi ventana
y en su tiniebla envuelve la memoria,
oscurece los pájaros,la lluvia,
la canción que sonaba en lejanía,
y enturbia el agua que de la fuente mana.
Acuden las nubes a embriagarse de luna,
y el pinar sombrío besa la arena quieta.
Nada escapa al silencio que derrite
la voz que acostumbraba.
Mi corazón resuena en rebeldía.
Acudo en una especie de furia insomne y fría
hasta la noche oscura,
y grito lo más alto que puedo un nombre que resuena
como una tambora gigantesca.
El viento comienza su canción de cuna,
y me responde - al fin- un eco entre los pinos.
Me siento penúltimo y entero.
Capaz de la locura más grandiosa
que pueda imaginarme.
Ya no permito ni concedo nada.
llevo en mis manos y en mi boca
sangrante y dolorosa
el Destino que acuno.
Estoy aquí en la vida y en su sombra.
Recorriendo el camino que nadie me predijo.
En este preciso instante yo soy el Universo.
y en su tiniebla envuelve la memoria,
oscurece los pájaros,la lluvia,
la canción que sonaba en lejanía,
y enturbia el agua que de la fuente mana.
Acuden las nubes a embriagarse de luna,
y el pinar sombrío besa la arena quieta.
Nada escapa al silencio que derrite
la voz que acostumbraba.
Mi corazón resuena en rebeldía.
Acudo en una especie de furia insomne y fría
hasta la noche oscura,
y grito lo más alto que puedo un nombre que resuena
como una tambora gigantesca.
El viento comienza su canción de cuna,
y me responde - al fin- un eco entre los pinos.
Me siento penúltimo y entero.
Capaz de la locura más grandiosa
que pueda imaginarme.
Ya no permito ni concedo nada.
llevo en mis manos y en mi boca
sangrante y dolorosa
el Destino que acuno.
Estoy aquí en la vida y en su sombra.
Recorriendo el camino que nadie me predijo.
En este preciso instante yo soy el Universo.
Leo Antunez
miércoles, diciembre 09, 2009
TE DEBO.
Te debo la luz que me sorprende al alba.
El bálsamo que acude siempre a tiempo.
Te debo la esperanza.
La serena confianza que construyo día por día.
La razón para creer que lo que sueño
y alcanzo y aún así persigo
tiene la cualidad del todo y persevero.
Te debo la sonrisa que acude a mis ojos
cuando pienso en esas cosas que sólo nosotros compartimos.
Te debo lo que aún no sé y lo que espero.
Te debo el sentido de la vida.
Te debo el pájaro que acude ante mi melancolía
y la transforma en vuelo.
La ternura del apenas.
La locura del siempre.
Te debo el aire que me envuelve.
La sangre que fluye en cauce nuevo.
El silencio que le da sentido a los sonidos
que pronuncio amándote y conmuevo
cuando elevo tu nombre
de antorcha y lluvia,constelación de asombro
que me lleva
a ese lugar que aún desconocía.
Te debo el futuro que ilumina
el sendero que recorro en plural,
como si ya supiera
el final de la historia del planeta.
Leo Antunez
Leo Antunez
COMPRENDO.
Comprendo que suceda lo que ignoro,
y todo aquello que yace en lo profundo,
que emerja y vocifere y me derribe.
Comprendo el desvarío,el envilecimiento,la locura,
el amargo dolor que acompaña la duda.
Comprendo la soledad,el miedo,la agonía
de todo aquel que persigue lo del otro.
Comprendo la enfermedad de la carne y el delirio
que acude puntual a su cita con el tiempo.
Miro con ojos antiguos sin saber lo que veo.
Comprendo la ceguera de los necios.
La sinrazón de las bocas ya vacías
vociferando angustia en las esquinas.
Si me pareciera a un dios me sentiría
igual de cansado y desvalido ante lo que comprendo.
Le opongo a todo ello una serena esperanza
que se basa
en las pequeñas cosas que construyen
otro tiempo otra voces.
Una mirada distinta sin pasado.
Los jóvenes vendrán hacia la vida
con una lanza nueva,lo presiento.
Ellos dirán con voces más altas y profundas
la verdad que ocultaron los cínicos,los débiles
los mediocres,los tuertos que creyeron
que la impunidad era eso:
un estado sin medida y con su tiempo.
Y así,
sucederá la vida en otro mundo.
Donde la lluvia será de un agua clara.
Y el aire será tan simple y verdadero
como ellos propongan y pretendan.
No importará el pasado y la miseria.
Será todo futuro .
Lo presiento.
Leo Antunez
lunes, diciembre 07, 2009
PERMITEN TUS OJOS.
Permite el aire que un ala le atraviese,
y la roca que el agua la transforme en playa y en bahía..
No le temo a la muerte que devora las horas,
los espejos,la carne, las auroras.
Temo al olvido que nos transforma en aire
que la vida se lleva hacia La Nada,
hacia un vago silencio inamovible
que construye otros muros y otras playas.
Permiten tus ojos imaginar la vida.
Trazo la hipotenusa que acerca
el ángulo de amor que define tu boca y alimenta
la risa que construye el aire que permite
que un ala le atraviese.
No le temo a la sombra que aniquila.
Ni al dolor que asola.
Tiemblo eso sí ante la ternura
que nos transforma en trigo y amapola.
En sedosa palabra murmurada,
en la caricia tenue que envuelve tu cintura.
En mi cansada piel se van acumulando
momentos que te nombran.
Aquí donde la arena conmueve al aire puro,
Aquí donde el misterio se revela,
tu presencia es el faro que libera
la rompiente del agua y el amor de la espuma.
Permite el aire de la vida
que un ala le atraviese y dé sentido
a la luz de tu nombre y la bahía
de espuma de los días venideros.
y la roca que el agua la transforme en playa y en bahía..
No le temo a la muerte que devora las horas,
los espejos,la carne, las auroras.
Temo al olvido que nos transforma en aire
que la vida se lleva hacia La Nada,
hacia un vago silencio inamovible
que construye otros muros y otras playas.
Permiten tus ojos imaginar la vida.
Trazo la hipotenusa que acerca
el ángulo de amor que define tu boca y alimenta
la risa que construye el aire que permite
que un ala le atraviese.
No le temo a la sombra que aniquila.
Ni al dolor que asola.
Tiemblo eso sí ante la ternura
que nos transforma en trigo y amapola.
En sedosa palabra murmurada,
en la caricia tenue que envuelve tu cintura.
En mi cansada piel se van acumulando
momentos que te nombran.
Aquí donde la arena conmueve al aire puro,
Aquí donde el misterio se revela,
tu presencia es el faro que libera
la rompiente del agua y el amor de la espuma.
Permite el aire de la vida
que un ala le atraviese y dé sentido
a la luz de tu nombre y la bahía
de espuma de los días venideros.
CONJURA.
Esa ventana desnuda de cortinas,
en la que la lluvia impera en tu recuerdo.
Nosotros,
Que debemos abrir todas las puertas,
que tenemos casi la obligación de creer
que todo lo que nos propongamos
es imprescindible para crear el sueño de la vida.
Los que luchamos hasta por respirar
donde otros sólo asisten a la asfixia ,
nos hemos conjurado –al menos eso creo-
para labrar la vida y la esperanza
con un gesto rotundo y decidido.
Yo sé que anido en tu manera de mirar las cosas,
en la forma en que amasas el barro de los días,
en el dolor que anida bajo tu piel de arena,
en la canción que entonas con tu espera
de otro mundo mejor que merecemos.
Yo seré sin poder evitarlo y sin quererlo,
tus pies en la alfombra mientras miras la foto que sacaste en ese día.
Seré la sonrisa que te espera.
El viento enamorado que ilumina
la herida que derriba la memoria y la transforma
en una sola voz que para siempre
alcance el milagro de la vida.
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