sábado, 22 de enero de 2011

NOCTURNAL 3.

El aire oscuro navega en el pinar
ahuyentando las palomas y derribando nidos.


El oleaje sacude las arenas
y despierta un gemido entre las rocas.


Una ventana iluminada se asemeja a un faro
que despierta ternuras en mis ojos.


Me escondo de la vida y sus paisajes
en la noche que albergo en mi alma oscura.


Pero todo lo que sucede adquiere su sentido
cada vez que recojo con mis manos
una brizna de hierba,
o un pájaro herido por el viento.


Ahora que sucede todo aquello que entiendo,
nada me importa el viento, el desvarío,
la congoja, el aullido, el desparpajo
ni el tiempo que acumulo, ni el silencio.

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